Hermanas y hermanos en Cristo,
Gracias por su paciencia y fidelidad en esta temporada de COVID-19. Este virus es muy real. Hemos perdido miembros que han fallecido. Estamos vigilando y orando mientras vemos familiares y amistades que han contraído el virus. No hemos podido congregarnos en nuestros santuarios. Llevamos en nosotros la carga que imponen a nuestro cuerpo el stress, la ansiedad y el temor. Y aún así, citando las palabras de uno de mis mentores, Ken Callahan, “Somos el pueblo de la tumba vacía, del Señor Resucitado, de la nueva vida en Cristo. Somos el pueblo de la Resurrección. Somos el pueblo de la esperanza”. El Señor crucificado y resucitado le preguntó tres veces a su discípulo Pedro: “Me amas?”. Cuando Pedro respondió afirmativamente, Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21). Amamos a nuestro Señor cuando cuidamos de su pueblo. Amamos a Dios cuando amamos a nuestro prójimo (Mateo 22). Y también amamos a nuestro prójimo cuando tratamos de aplanar la curva (el efecto y la dispersión del virus). Muchos de nuestros prójimos y miembros de nuestras iglesias son adultos mayores, los más vulnerables, y al mismo tiempo, los más dedicados. Los amamos y honramos cuando hacemos todo lo posible por aplanar la curva. Salvamos vidas cuando tratamos de aplanar la curva. Muchos de nuestros miembros que viven marginalidades están entre los que son más dedicados y vulnerables. Frecuentemente nadie reporta si han sido contagiados. Somos el segundo estado en promedio de población adulta. Contagios en muchas facilidades para cuidado de adultos mayores quedan frecuentemente sin ser reportados. Aún no contamos con el sistema de pruebas que nos permita saber si nosotros mismos pudiéramos ser portadores de la enfermedad a aquellos con los que entramos en contacto y servimos. Una pandemia no es un tema d política partidista. Como su Obispo, les hemos ofrecido orientaciones y dirección hasta con 22 días de antelación a que el gobierno del estado lo haya hecho. Estas orientaciones han estado fundamentadas en los grandes mandamientos de Jesús. En este momento, amamos a Dios cuando amamos a nuestro prójimo. Si usted es un pastor/pastora en una posición de liderazgo, esto es para lo que usted fue licenciado/a, comisionado/a u ordenado/a a hacer - alimentar a sus ovejas, procurar su seguridad y amar al pueblo de Dios. Esto implica un cambio de mentalidad para muchos de nosotros/as, quienes hemos invertido nuestras vidas en reunir congregaciones para ofrecer le a Dios nuestro amor. Nos volveremos a reunir cuando sea seguro - cuando haya un sistema de pruebas generalmente difundido y disponible a todos/as. Será un día de gozo. Por ahora, y hasta Mayo 15, ofreceremos servicios de adoración utilizando la tecnología. Cientos de nuestras iglesias, grandes y pequeñas, están ofreciendo esta forma de testimonio con gran fidelidad. Gracias por las formas creativas e innovadoras en las que ustedes están compartiendo el Evangelio. Reciban la seguridad de mis oraciones y gratitud por cada uno de ustedes. En este tiempo de distanciamiento, y a veces hasta de aislamiento, somos una conexión. Ken Carter Jr. Obispo Residente del Área de Florida Iglesia Metodista Unida
2 Comments
Laura Lebron
4/28/2020 06:21:48 pm
Cuanto todo sea seguro podremos regresa a la Iglecia muy bien Gracias esto es importante y muy serio bendiciones
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Pastor Juan
4/28/2020 06:24:01 pm
Eso es asÃ, seguimos orando y buscando de la presencia de Dios en nuestros hogares.
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AUTORVarios autores De la Iglesia Cristo. ARCHIVOS
May 2020
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